jueves, 29 de abril de 2010

Eduardo Chirinos

Eduardo Chirinos
La lluvia

Vengo de una ciudad donde jamás llueve,
donde el cielo es (como dicen) color-panza-de-burro
y el mar una invisible telaraña que enreda y confunde el horizonte.
Esta tarde llueve en New Brunswick
y me he asomado a la ventana para contemplar otras lluvias.
Aquella en Madrid, por ejemplo, donde el agua nos llegó hasta las rodillas
y seguimos caminando plaf plaf como si nada,
o aquella que nos sorprendió en Tumbes
con sus balsas y caimanes navegando un bosque de palmeras.
¿Qué decir del chaparrón que echó a perder la sepultura de Dante?
Pero esa es una lluvia literaria.
Como decir que duró cuarenta días
o que llora suavemente en mi corazón, que no es verdad.
Es otra la lluvia que recuerdo.
Fue hace muchos años,
el agua salpicaba la tierra y formaba un barro azul y misterioso.
Era el silencio que me enseñaba sus metáforas,
su laborioso lenguaje deshaciéndose una vez más sobre las piedras.

El color de los atardeceres

Atardecer naranja
Con sus nubes raídas
y su sol que alumbra todas las palabras. Una gasolinera exhibe un dinosaurio (aquí hubo dinosaurios)
y una pradera inacabable.
¿Dónde aprendí todo eso?
Descartemos las nubes, son siempre las mismas. Descartemos el sol,
presa fácil de todas las metáforas.
Nos queda la naranja.
Algunos dicen que vino de la India
donde era alimento de los dioses. Otros, que vino de Persia o de Arabia
igual que el nombre y su color.
Virgilio la llamó “aurea mala” y la dejó caer en una égloga.
Colón la tuvo entre sus dedos. Por ella descubrió que el mundo era redondo
y que viajando hacia el Poniente llegaría (como el sol) hacia el Levante.
Ahora estamos solos. Yo y la naranja.
Cuesta siglos decir atardecer naranja.



ANTES DE DORMIR
Es tarde, pero quisiera decir algo
Esa
música tardía, esos ecos que rebotan
en las piedras y crean silencios. No
no es eso exactamente:
entre eco
y eco hay una música y en ella
un ladrido, un dolor, un golpe seco.
La palabra
que alguna vez borramos
vuelve a su lugar
Como la música
tardía, como el silencio.
Pero no es eso tampoco. Escribir:
callar: cerrar los ojos. Ecos
que rebotan en las piedras y de nuevo
el ladrido, el dolor, el golpe seco.
No sé cómo explicarlo.
Pero es tarde
y en verdad no quiero decir nada.


ESCRITO EN LA NIEVE
El húmedo
hocico de los ciervos
frota el cristal de la ventana. Pero
no abro la ventana. Abro el libro
donde viven los ciervos. Los inmortales
ciervos que buscan la fuente.
Salgo a la calle. Pocos automóviles,
nieve en el invierno, cielo azulen el verano. Hojas secas y flores,
muchas flores. ¿Por quéescribo esto? Porque hay en Lima
demasiados automóviles tal vez
porque no hay nieve en el invierno,
ni cielo azul en el verano
Sólo un marcolor de cielo, colinas de arena
y más allá el mundo
donde las estaciones se cumplen.
Eso lo aprendí en los libros: nieve
en los libros y cielo azul y hojas
secas.


EJERCICIOS PARA BORRAR LA LLUVIA
Until the Moss had reached our lips-And covered up -our names-
Emily Dickinson

[1]
el musgo enturbia mi boca enmudece mis labios cómoempezar esta historia había una vez un libro recuerdoapenas ese libro arrancaba sus hojas las veo perderserondar de noche tus almohadas hundirse en el enigmade qué hablas me pregunta hablo de letras y de númeroshablo de ejercicios que son tres de dónde vienen adóndevan por qué celebran la misma ceremonia el mismo olora frío la misma lluvia que creímos olvidada

[2]
es mediodía lo sé porque no hay sombra porque el solse ha detenido a contemplarnos su luz hiere mis ojosenturbia las letras de su nombre no puedo recordarsu nombre se llamaba gauss se llamaba lobachevskyde joven escribió un tratado de jardinería de viejole dijo no a euclides allí aprendimos todo es reducciónla torva mirada de la esfinge la sucia flor del algoritmola equis trazada en su piel con una caligrafía oscura

[3]
atraer el humo y no dejarse asfixiar he allí el primerejercicio ella leyó el poema con desgano noche trasnoche midiendo sus palabras sus mares sus silenciosesperé siglos su respuesta ella prefirió ser enigmame amarás en sueños dijo olvidarás mi nombre borrarásmis ojos y cuando todo sea ceniza volverá el poemasu luz ardiendo en mis noches como una bandera roja

[4]
no esperaba verla en el museo estaba sola cojeaba de un piehace tantos años le dije me dijo es verdad quería verte yotambién nos zambullimos en la alberca golpeamos el cristaldanzamos a orillas de un cielo improbable dos matrimoniosfracasados dos poemas balanceando sus pies en el vacíocómo adormece el vacío como aviva el dolor la cicatrizme pregunta qué dolor qué cicatriz

[5]
el cielo se apaga el sueño del lenguaje se desploma no haylugar para alguien como tú no entiendo qué significa alguiencomo yo estamos en casa de mi abuela la perrita cocoamordisquea los zapatos señal de que hay visitas es mi tíolo acompaña su novia desde hace tiempo la esperaba nosé cómo explicarlo yo sabía su nombre yo veía en sus ojospor qué no la saludas era un niño las palabras se hundieronen mi lengua por primera vez me obligaron a cantar

Eduardo Chirinos en una presentación

Eduardo Chirinos nació en Lima en 1960. Es autor de los libros de poesía: Cuadernos de Horacio Morell, Lima, 1981; Crónicas de un ocioso, Lima, 1983; Archivo de huellas digitales, Lima, 1985; Rituales del conocimiento y del sueño, Madrid, 1987; El libro de los encuentros, Lima, 1988; Recuerda, cuerpo... (Madrid, 1991); El equilibrista de Bayard Street, Lima, 1998; Naufragio de los días –antología poética 1978-1998-, Sevilla, 1999; Abecedario del agua, Valencia, 2000; Breve historia de la música, Premio casa de América de Poesía, Madrid, 2001; Escrito en Missoula, Valencia, 2003 y Derrota del otoño, Antología personal, Guadalajara, 2003. Como crítico literario ha publicado El techo de la ballena (1991) y bajo el sello del Fondo de Cultura Económica, La morada del silencio, 1998. También ha editado dos volúmenes de poesía peruana: Loco amor, 1991, e Infame turba, 1992-1997; la antología Elogio del refrenamiento de José Watanabe (Sevilla, 2003), y dos libros misceláneos donde conviven la prosa crítica con la crónica y el verso: Epístola a los transeúntes, Lima, 2001 y El fingidor, Lima, 2003. Actualmente reside en Missoula, Estados Unidos, donde se desempeña como profesor de Literatura Hispanoamericana y española en la Universidad de Montana.

lunes, 26 de abril de 2010

IMAGEN 14

IMAGEN 14

Sobrepeso
El trabajo es bueno, pero todo en exceso siempre es malo.

sábado, 24 de abril de 2010

MASCARA DE JADE de Pedro Perales


Tercer poemario del poeta Pedro Perales

MASCARA DE JADE

presentadores:

Johnny Barbieri
Leoncio Luque


DIA: miercoles 28 de abril

HORA: 8:30 pm

LUGAR: 3ra Feria del libro

Centro comercial MEGA PLAZA
Lima Norte


INGRESO LIBRE

miércoles, 21 de abril de 2010

LENGUA NUESTRA recital de poesía


MUNICIPALIDAD DISTRITAL DE SAN LUIS

BIBLIOTECA MUNICIPAL DE SAN LUIS "CIRO ALEGRÍA"

LIBRO -IDIOMA - AUTOR

"LENGUA NUESTRA"

ABRIL DE POESÍA:

RECITAL DE POESÍA:

VIERNES 23 DE ABRIL DEL 2010

PARTICIPAN:

BORIS ESPEZÚA
DOMINGO DE RAMOS
LEONCIO LUQUE
MARA GAZLAK
GONZALO MÁLAGA
DIEGO LAZARTE

LUGAR:

JR. LA CAPEA N° 180 URB. VILLA JARDÍN - SAN LUISALTURA CDRA. 39 DE CANADÁ - REFERENCIA: I.E. VILLA JARDÍN

HORA: 4:30 PM.

INGRESO LIBRE

sábado, 17 de abril de 2010

José Watanabe


LA MANTIS RELIGIOSA

Mi mirada cansada retrocedió desde el bosque azulado por el sol
hasta la mantis religiosa que permanecía inmóvil a 50 cm.
de mis ojos.
Yo estaba tendido sobre las piedras calientes de la orilla del Chanchamayo
y ella seguía allí, inclinada, las manos contritas,
confiando excesivamente en su imitación de ramita o palito seco.

Quise atraparla, demostrarle que un ojo siempre nos descubre,
pero se desintegró entre mis dedos como una fina y quebradiza cáscara.

Una enciclopedia casual me explica ahora que yo había destruido
a un macho
vacío.
La enciclopedia refiere sin asombro que la historia fue así:
el macho, en su pequeña piedra, cantando y meneándose, llamando
hembra
y la hembra ya estaba aparecida a su lado,
acaso demasiado presta
Y dispuesta.

Duradero es el coito de las mantis.
En el beso
ella desliza una larga lengua tubular hasta el estómago de él
y por la lengua le gotea una saliva cáustica, un ácido,
que va licuándole los órganos
y el tejido del más distante vericueto interno, mientras le hace gozo,
y mientras le hace gozo la lengua lo absorbe, repasando
la extrema gota de sustancia del pie o del seso, y el macho
se continúa así de la suprema esquizofrenia de la cópula
a la muerte.
Y ya viéndolo cáscara, ella vuela, su lengua otra vez lengüita.

Las enciclopedias no conjeturan. Ésta tampoco supone qué última palabra
queda fijada para siempre en la boca abierta y muerta
del macho.
Nosotros no debemos negar la posibilidad de una palabra
de agradecimiento.


SALA DE DISECCIÓN

Un cadáver puede provocar una filosofía del ensimismamiento,
sin embargo los estudiantes admirablemente
estaban entusiasmados con su muerto,
lo rodeaban
y discutían con fervor la anatomía de ese cuerpo de piel coriácea.
Yo aprendía otra lección:
la vida y la muerte no se meditan en una mesa de disección.
Los estudiantes me previnieron
que iban a extraer el cerebro. Permanecí con ellos:
a veces soporto lo siniestro sin perturbarme demasiado.
No hay sofisticación instrumental para retirar un cerebro,
una modesta sierra de carpintero
cortó el cráneo a la altura de las sienes,
luego sumergieron el órgano mítico en un frasco lleno de formol.

Yo me dedique a observarlo, solo, en otra mesa
mientras los estudiantes seguían cotejando su denso libro con el
muerto.
Sorpresivamente
una bruja brillante brotó del interior del cerebro
como un mensaje venido de la otra margen,
y no había boca que lo pronunciaría.
No había boca.
La burbuja, muda, se deshizo en ese aire levemente podrido.


EL LENGUADO

Soy
lo gris contra lo gris. mi vida
depende de copiar incansablemente
el color de la arena,
pero ese truco sutil
que me permite comer y burlar enemigos
me ha deformado. He perdido la simetría
de los animales bellos, mis ojos
y mis narices
han virado hacia un mismo lado del rostro. soy
un pequeño monstruo invisible
tendido siempre sobre el lecho del mar.
Las breves anchovetas que pasan a mi lado
creen que las devora
una agitación de arena
y los grandes depredadores me rozan sin percibir
mi miedo. El miedo circulará siempre en mi cuerpo
como otra sangre. Mi cuerpo no es mucho. Soy
una palada de órganos enterrados en la arena
y los bordes imperceptibles de mi carne
no están muy lejos.
A veces sueño que me expando
y ondulo como una llanura, sereno y sin miedo, y más grande
que los más grandes. Yo soy entonces
toda la arena, todo el vasto fondo marino.


EL GUARDIÁN DEL HIELO

Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.

Oh cuidar lo fugaz bajo el sol…

El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil.
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.
No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
yo soy el guardián del hielo.

ANIMAL DE INVIERNO

Otra vez es tiempo de ir a la montaña
a buscar una cueva para hibernar.

Voy sin mentirme: la montaña no es madre, sus cuevas
son como huevos vacíos donde recojo mi carne
y olvido.
Nuevamente veré en las faldas del macizo
vetas minerales como nervios petrificados, tal vez
en tiempos remotos fueron recorridos
por escalofríos de criatura viva.
Hoy, después de millones de años, la montaña
está fuera del tiempo, y no sabe
cómo es nuestra vida
ni cómo acaba.

Allí está, hermosa e inocente entre la neblina, y yo entro
en su perfecta indiferencia
y me ovillo entregado a la idea de ser de otra sustancia.

He venido por enésima vez a fingir mi resurrección.
En este mundo pétreo
nadie se alegrará con mi despertar. Estaré yo solo
y me tocaré
y si mi cuerpo sigue siendo la parte blanda de la montaña
sabré
que aún no soy la montaña.


POEMA DEL INOCENTE

Bien voluntarioso es el sol
en los arenales de Chicama.
Anuda, pues, las cuatro puntas del pañuelo sobre tu cabeza
y anda tras la lagartija inútil
entre esos árboles ya muertos por la sollama.
De delicadezas, la del sol la más cruel
que consume árboles y lagartijas respetando su cáscara.
Fija en tu memoria esa enseñanza del paisaje,
y esta otra:
de cuando acercaste al árbol reseco un fosforito trivial
y ardió demasiado súbito y desmedido
como si fuera de pólvora.
No te culpes, quién iba a calcular tamaño estropicio!
Y acepta: el fuego ya estaba allí,
tenso y contenido bajo la corteza,
esperando tu gesto trivial, tu mataperrada.
Recuerda, pues, ese repentino estrago (su intraducible belleza)
sin arrepentimientos
porque fuiste tú, pero tampoco.
Así
en todo.

José Watanabe y su madre
José Watanabe (1946 - 2007). Nacido en Laredo, un pequeño pueblo al este de Trujillo, en 1946. Su madre Paula Varas, peruana, de origen serrano y su padre Harumi Watanabe, japonés de quien cuenta aprendió el arte del haiku.
Watanabe tuvo una infancia muy pobre, sus padres trabajaban como campesinos en una hacienda azucarera al norte del país hasta que el destino les jugó una buena pasada: ganaron la lotería de Lima y Callao y viajaron a Trujillo, la capital de la provincia. Luego José migró Lima a seguir estudios superiores de arquitectura pero abandonó la carrera, su formación fue esencialmente autodidacta y no sólo se desarrolló como poeta sino también como guionista de cine y documentales, escritor de cuentos para niños y dramaturgo.
Su experiencia poética se inició con Álbum de familia, publicado en 1971, obra que le valió el premio Poeta Joven del Perú. Le siguieron a este numerosos poemarios, entre ellos “El guardián del hielo”, del 2000, galardonado con el premio Lezama Lima de Casa de las Américas.
Hoy es considerado una de las voces imprescindibles de la poesía contemporánea en castellano, con un reconocimiento cada vez mayor en América Latina y España.
José Watanabe falleció en Lima el 25 de abril de 2007.

Poemarios publicados:

Álbum de familia (Lima, 1971) El huso de la palabra (Lima, 1989) Historia natural (Lima, 1994) Path trough the canefields (Londres, 1997, antología de su obra poética) Cosas del cuerpo (Lima, 1999) Antígona (Lima, 2000, versión libre de la tragedia de Sófocles) El guardián del hielo (Bogotá, 2000, antología de su obra poética) Habitó entre nosotros (Lima, 2002) Elogio del refrenamiento (Renacimiento, Sevilla, 2003, antología) Lo que queda (Monte Ávila, Caracas, 2005, antología) La piedra alada (Pre-Textos, Valencia, 2005-Peisa, Lima, 2005) Banderas detrás de la niebla (Pre-Textos, Valencia, 2006-Peisa, Lima, 2006)

jueves, 15 de abril de 2010

Esculturas de arena

A raíz de la publicación de la reciente imagen artística, nos han pedido publicar más obras de arte. Ha pedido del público esta vez publicamos las mejores esculturas de arena. Ojalá sea de su agrado.

















lunes, 12 de abril de 2010

Imagen Nº 13

Imagen Nº 13

La ventana

Una imagen artística nos puede maravillar. Esta vez el arte corporal en todo su esplendor dispuesto a llenarnos la retina.

domingo, 11 de abril de 2010

Rodolfo Hinostroza

Los huesos de mi padre
Serán éstos los 206 aristocráticos huesos de mi padre?
Todos completos, con su maxilar inferior, su frontal,
sus falangetas, su astrágalo,
su vómer, sus clavículas?
No se habrán confundido
en la Fosa Común
con los de un vagabundo
de esos que abundan en las calles de Lima,
y mueren sin un grito? Cómo voy a confiar
en que sean éstos los huesos de mi querido padre,
don Octavio, Tachito,
si en la Fosa Común donde lo echaron
puede ocurrirle cualquier cosa
a los huesos de uno?
Su hermano, tío Reynaldo había jurado
encontrar a mi padre, y recorrió toda esta Lima a pie
durante un año, para hallar a mi padre, el poeta,
que se había perdido en la ciudad,
como suele ocurrirles a los ancianos y a los locos.
Todos los días salía, después del desayuno,
a buscar al hermano mayor,
a aquel poeta provinciano,
talentoso, desgraciado y perdido
por los barrios de Lima. Llevaba
una vieja foto de mi padre, amarillenta,
donde aparecía con su pelo ya blanco,
sus ojillos brillantes de inteligencia, sus mejillas fláccidas
labradas por años de inútiles batallas
contra lo que él llamaba su destino adverso
cuando se hallaba de un ánimo blasfemo,
dispuesto a enrostrarle a un Dios
en el que no creía,
sus continuos fracasos.
La boca grande, elocuente.
La frente alta y despejada. Con un terno marrón, creo,
a rayitas. Esa imagen debió corresponder
a una época feliz, tal vez la de Huaraz,
cuando estábamos todos juntos, mi hermana
mi madre y yo, mucho antes
del divorcio.
Reynaldo la mostraba
a la gente, los interrogaba venciendo
su enorme timidez: "¿Ha visto a este hombre?"
indesmayablemente a pie,
tío de a pie como un remoto soldado de una guerra perdida,
raso, humilde, cumplido,
indagando en los parques, en los hospitales,
en las estaciones de autobús,
en los mercados,
pues quería encontrarlo,
esa era la misión que se había impuesto
antes que la muerte se lo lleve.
Pero la muerte se llevó primero a tío Reynaldo
de un cáncer al estómago,
sin saber que mi padre lo había precedido en el último rumbo,
y no fue sino mucho más tarde que mi hermana
al fin encontró a mi padre
en una Fosa Común del cementerio de Miraflores
donde sus huesos misteriosamente habían venido a dar
porque nadie había reclamado su cadáver.
La muerte
que con callado pie todo lo iguala
lo había sorprendido en un asilo municipal
donde llevan a los locos que vagan por las calles de Lima
y había muerto, enloquecido y solo,
él, Octavio, Tachito, el poeta, el hermano mayor
que había nacido en cuna de oro.
Siempre pensé que moriría rodeado
como Maese Manrique
de sus hijos, hermanos y criados
reconciliado con su terco destino
y cesaría la angustia
la loca angustia que desorbitaba sus ojos
porque no quería morir como un fracasado
y su muerte le cerraría para siempre
las puertas de La Gloria.
No reposó un instante en vida
acechando a la suerte en todos los caminos,
en todos los concursos,
esperando un cambio del destino
un premio, algo definitivo
que sacase su nombre del anonimato
y le diese la paz.
Ya no soñaba con el Premio Nobel,
si no con la publicación de sus poemas
que eran profundamente hermosos
y cada día más bellos cuanto más desgraciada era su vida.
Se sentía en deuda
con nosotros sus hijos,
y los recuerdos de nuestra infancia feliz lo atormentaban
hasta hacerlo sangrar
como un patriarca loco que ha perdido
el paraíso inadvertidamente
por una mala mano en el tresillo
un mal consejo, o una debilidad de temple
inconfesable.
Entonces quería estar solo, huía
de la familia, se confundía
en Lima entre los vagabundos, le aterraba
y le atraía como un destino escrito
la mendicidad al final del camino. No aceptaba
el rol que todos querían para él:
el del abuelo sabio y respetado
que mora y aconseja en el hogar de su hija: prefirió
seguir en la batalla hasta el final,
irse a la calle
esperando un milagro.
Sus despojos
fueron a dar a la Fosa Común,
hasta que el proceso
de putrefacción termine, en cosa de tres años
y sus huesos, mondos, nos fueron entregados
en una caja de zapatos, con una etiqueta identificatoria.
Ahora reposan en el Cementerio el Ángel
en una de esas fúnebres bibliotecas de huesos
a pocos bloques de donde mi madre duerme su sueño eterno.
La muerte, piadosamente,
ha acercado los huesos de dos seres que la vida separó,
y sus nombres han vuelto a aproximarse
en el silencio de este Camposanto
como cuando se vieron por primera vez
y se amaron.
En ocasiones
mi hermana y yo llevamos flores,
a un sepulcro y el otro,
y todavía sufrimos por su amor desgraciado,
que sin embargo dio maravillosos frutos.


Adolescente que despierta

Una deliberación del ala y la tormenta es lo que cae cuando
la agria balandronada de los sueños se pega al paladar
y el muchacho despierta en la mañana
penetrando el espejo con un grito. La estridencia que acecha
en la materia de los violoncellos, el enemigo bosque
turgente como una curva embreada, someten bruscamente
su furor y su régimen.Y el muchacho despierta en el silencio
tatuado por el vuelo de un mosquito
y el terror se evapora con el sol
que empuja levemente al aire perezoso.
No ha crujido la rama ni se ha partido el
trueno
y el burro blanco rumia bajo el sol de noviembre. No habrá noche
esta vez,
ni el sol tirará de sus redes llevándose este suave calor a las
sentinas.
Y el zumbido infinito de la queresa, indica
que el tiempo no transcurre.
(Esta misma mañana podría suceder
toda una historia de gorriones y de bárbaros, un confuso ajedrez
de mil mundos guerreando sobre la palma de una mano, un mismo
verbo
gimiendo y levantándose como un licor amargo
en los zócalos de las ciudades. Aquí
sólo el silencio es música; y las leyes del cielo tiran inasibles
plomadas
de inmensas catedrales. El tiempo avanza y vuelve
a retroceder como una pulsación, y hay algo de paz y levedad en el
conejo,
y ese musgo que crece sobre los yesos apagados y húmedos.)
No habrá más noche ni lloverá de noche,
y toda el agua cabe en una espumadera, y el muchacho
ha de lavar su cuerpo con ese jabón áspero, bajo esa luna
transparente,
comida por el sol, casi
un trapecio de niebla.
Huele a escorzonera y la piel de conejo. Crecen
y caen reyes en las aguas del tiempo detenido.
No volverá a dejarnos
la luz del sol en ese frágil burladero del sueño, que convoca
las furias y las penas.


Aria Verde (i)

Así avanzamos a bayona bajo el domo de luz
el cayado era agua y el sol líquido
tres golpes de violoncello y en la laguna el cisne grazna
un último gemido y un nuevo nacimiento
ojos de amor líquidos & alguien cantó bajo las leves aguas:
Be not afeard. The Isle is full of noises.
Sounds, and sweet airs, that give delight and hurt not
Yah, la misma fuerza
que lleva hacia su centro un corazón de palo y el mío
propio
Then I see
otros bosques, la prehistoria del carbón y la greda
bestias móviles / la hormiga y la azucena /
otra Ley más verde y numerosa
entretejida con la ley animal ocupando el planeta
& ese relámpago verde y amarillo: A
simple fórmula de vida que subyace
A
no evidente a los ojos oculta en la evidencia
A igualada a misterio a sagesse
indica a sí misma
presenciando la barbarie y la muerte entre los hombres.

Aria Verde (ii)

& el hombre en algún tiempo fue recolector y nómade/
grandes simios herbívoros
ah recuerdo arquetípico /los sucesivos paraísos derrumbados
pero en lo nuevo habita el germen de lo viejo & viceversa
& la historia carnal y la historia espacial
confluyen en un punto
again
Donna m´aparve sotto verde manto
vestita di color di fiamma viva
canto /
Y vimos:
la nostalgiadel viaje aniquila a la nostalgia
de la tierra y somos nómades
confiados a la Rosa de los Vientos / N S E & O
rota la posesión
no casa / no animal / no objeto /no persona
& nada pertenece a nadie
recolectores de los Super Markets y las viñas
trabajo = juego
las incesantes migraciones / por amor
intercambios de continentes y de razas
no padre único / no única madre:
hijos hijos de todos
el amor finalmente el medio humano / So:
Qué es el dinero? me dijo un niño
mostrándome ambas manos llenas
Qué podía yo responderle al niño?
yo no sé, como él, qué es el dinero
& la armonía se alimenta a sí misma
incesantemente.


Aria Verde (iii)

Canta amor mío desnúdate bajo la lluvia
no más guardias en la Ciudad
pero un mundo hecho a imagen y semejanza de los niños
no Ciudad no Campo/
En el principio era el deleite entre los hombres /
& tendida en la hierba
mirando millones de estrellas te miran
morderás una manzana
again
& saldremos del domo cristalino hacia las estrellas.
Morada del Hombre
Idea que se encarna en amor & viceversa, / no más / el
tiempo impone un límite
la energía sensible que emana de la naturaleza & de los
astros


Escena Prima

La cadenza
en el fondo del jardín
caballeros laberínticos
la mano que deja caer la mierda se llena de rocío
has escuchado este mismo canto en tu infancia
llamados en los largos corredores
I love you I hate you
la avidez de la boca me ahoga
Quiero Quiero Quiero
morder despedazar devorar
apoderarse del cuepo de un dios
Ser un Dios
& el flipping down sobre el diseño de la alfombra
Quién soy yo Qué es lo que he comido
Hay un vómito que se prepara hace milenios
debo escupir algo que tal vez soy yo mismo
remontando los ríos con la boca
tocando a fuente del desprecio
Eres una mierda
te niego / te arrojo
No existes más
Has existido en sueños
los velos de muselina acariciaron tu rostro
viviste contemplando un abrazo perfecto
deforme como tú
y te irás sin saber sin entender
que ese sonido metálico clang
en las entrañas
limitando minuciosamente tu cuerpo / con odio
My Heart my heart my heart
Why have you left me alone
bajo LSD 25
Pánico
la conciencia del abismo (v. Pascal)
y la espalda de un hombre que se aleja
Tanto penar para morirse uno
He sufrido por mi padre he sufrido por mi madre he
sufrido por mí
y quieren que siga sufriendo
He comido algo malo
debo expulsarlo de mi cuerpo
Lo que es malo para mí es tal vez bueno para ti
Lo que es malo adentro tal vez es bueno afuera
Tal vez arrojar mi mierda sea bueno
y al contacto del aire ? ? ?
Qué hay afuera
Guerrino Meschino
El Caballero de la Rosa
El que atraviesa 7 mares 40 desiertos
El que pierde la flor
El niño que persigue a su madre en el
patio cuadrado con un vaso de noche en la mano

Dime dime que es la más bella
Dime que es la más grande
Dime que soy bueno
Dime que me amas
Ne me quittes pas
Has expuesto tu cuerpo tembloroso a miradas
y caricias que no han llegado jamás
Tu cuerpo no es un jardín
Todo lo que está herido hiede
Todo lo incompleto hiede
El hedor es terror
I hate you
Tu memoria deja trazos incandescentes en las letras
Vuelve a mirar lo que has visto
Padre
Lima arde ??????
arden
Madre
Qué has visto a 12° Sur
cuando el perezoso sol atravesaba
el Equinoccio de Primavera?

Rodolfo Hinostroza y familia

Rodolfo Hinostroza (Huaraz, Perú, 1941). es considerado uno de los mejores poetas hispanoamericanos de la generación del 60. Entre sus obras destacan Consejero del Lobo (1965), Contranatura (1971), Poemas Reunidos (1986), Memorial de Casa Grande (2005). En 1987 ganó el premio internacional de cuento "Juan Rulfo", otorgado en París por Radio Francesa Internacional con el relato "El Benefactor".

jueves, 8 de abril de 2010

Letra en Llamas y AEDOSMIL en el Yacana


Este Viernes 9 de Abril, mes de la poesìa,
a las 8 p.m. en el Jirón de la Unión 892 /segundo piso (Lima, centro).

Grupo Literario cantuteño "Letra en llamas"
José Jiménez
Eduardo Vilchez
César Pineda
Karina Moscoso
Augusto Huayta
Paolo Astorga

Grupo de poetas AEDOSMIL

Percy Hinostroza
Pedro Chung
Jorge Obando
Vìctor Bradio

Gracias

martes, 6 de abril de 2010

Jorge Eduardo Eielson


SMOKING CAR
un cigarrillo y tus dos ojos
y los días y las noches sin cesar
fumando el mismo cigarrillo
igual a cualquier otro
o al mismo de ayer
con el que quisiste morir un día
esperando vivir otra vez
sin saber que un cigarrillo
igual a otro cigarrillo
no es bastante
ni millares y millares
de cerillas son bastantes
ni tus ojos ni mis ojos
ni las noches ni los días
ni millares y millares
de los mismos cigarrillos
son bastante
para vivir un día.


ESPOSA MÍA SEPULTADA

Encerrado en tu sombra, en tu santa sombra,
Con el agua en las rodillas, te pregunto
¿Es el peso del manzano, claveteado de estrellas,
Sobre mi corazón oscuro, o eres tú, cabeza
Fugitiva de las horas, novia mía enterrada,
La que arrastras tu cabellera incesante
Como una botella rota, por entre mi sangre?
Yo no sé, señora mía, luto de mi amor,
Si eres tú la que reinas sobre tanta ceniza,
O si es sólo tu sombra, tu velo de novia en el aire,
-Poblado de perlas, naves y calaveras-
El que inunda mi alcoba, igual que un océano.


LA TUMBA DE RAVEL

Fantasma que estás en el arpa
y la yedra En bajorrelieves de
música o torre, dormido,
Hiciste tu tumba en un piano,
fantasma. Entre cuerdas doradas
el fauno sonoro Te sopla los ojos
en globo a la luna, Y en peldaños
que bajan cargados de abismo
Al fondo del piano, de augusta
polilla Rodeada, tu cabeza de
címbalo de oye
Nadie sabe quien es el caballo
que a diario solloza en tu lápida
oscura o entreabre Los dedos
marmóreos del nicho en la
sombra Fantasma mío, en tu
espalda ha caído La mosca
mortuoria con alas de vidrio
Pastor subterráneo del sol, ya
silbando, O en filones de yedra,
de bronce y madera Sentado,
hiciste tu tumba en un piano,
fantasma


DALÍ

¡Asesino! El vino y el corsé
Muertos en su lecho, vienen
Cada noche rodando por la calle;
El busto de cebolla, el ojo
Derramado y esmeralda de terror.
Bajo un pálido paraguas, vienen,
Por la calle que se dora y cierra
Sus dos alas, de repollo y carne.


EL CUERPO ESCRITO

Cuerpo ocupado

la camisa en una silla
los zapatos
y los cigarrillos
junto a una botella
sobre el piso de madera
dos o tres botellas más
las ventanas
y las puertas cerradas
un hueco en la pared
y otro en el techo
posiblemente
para atraer un rayo
de luna con la mano
una visión del campo
cuando llueve
una fotografía amarilla
de mujer e hijos
y destellos
sábanas sucias
cigarrillos
tazas de leche en el alba
vasos de vino en la noche
y más destellos
sábanas sucias
cigarrillos
chillidos de ratas
y excrementos
más botellas
sábanas sucias
ratas
y destellos

Cuerpo vacío

ya no hay amor
en las paredes
ni en las puertas de madera
ya no hay paredes ni puertas
de madera
ni ventanas
ni sillas
ni poltronas
ocupadas por el mismo
esqueleto de hace siglos
ya no hay naranjas en la mesa
ni mesa ni naranjas
ya no hay nadie
en la cocina
nadie en el comedor
nadie en el baño
ya ni siquiera circula
ese animal de turquesa
cuya única misión era observar
la caída de una estrella
a través de una pared muy gruesa
ya no hay fuego ni ceniza
ni basura ni escoba
ni periódicos viejos
ni periódicos nuevos
ni camisa ni zapatos
ni mujeres ni amigos
ni dentadura ni labios
para pronunciar de nuevo
estas mismas palabras
estas mismas palabras.

POESÍA EN FORMA DE PÁJARO

Jorge Eduardo Eielson. Poeta, ensayista y dramaturgo peruano nacido en Lima en 1924.Es una de las voces más representativas de la poesía hispanoamericana.Su estilo literario muestra una influencia marcada de Eguren, Westphalen y Vallejo entre los nacionales, y de Breton, Prévert y Ezra Pound entre los vanguardistas extranjeros.
A finales de los años cuarenta viajó a París y disfrutó del extraordinario ambiente creativo francés. De allí viajó becado a Suiza para dedicarse a la escritura, y a inicios de los años cincuenta se radicó para siempre en Italia, donde brilló no sólo por su labor literaria sino también por su desarrollo como artista plástico que lo llevó a obtener prestigiosos reconocimientos internacionales, participando en grandes muestras en museos como el MOMA o en el ámbito de la colección Rockefeller de Nueva York. Su obra poética está contenida en las siguientes publicaciones: "Canción y muerte de Rolando" en 1943, "Reinos" en 1945, "Habitación en Roma" en 1951, "Mutatis mutandis" en 1967, "El cuerpo de Giulia-no" en 1971, "Poesía escrita" en 1976, "Noche oscura del cuerpo" en 1983, "Primera muerte de María" en 1988, "Antología" en 1996, "Sin título" en 2001, y "Ceremonias" en 2001.
Falleció en Milán en Marzo de 2006.

domingo, 4 de abril de 2010

Imagen Nº 12

Imagen Nº 12

Sexualidad

Muy importante la educación sexual que nos imparten los mayores. Podemos prevenir las enfermedades de transmisión sexual y el SIDA. Sobre todo nos enseña a ser padres responsables.